Castro dispuesto a morir luchando
El presidente cubano, Fidel Castro, dijo hoy estar dispuesto a morir combatiendo en defensa de Cuba si es necesario, en un mensaje dirigido a su homólogo estadounidense, George W. Bush, durante una marcha multitudinaria contra EEUU.
Un millón de cubanos, según los organizadores, acudió a la protesta, encabezada por Castro, frente a la Sección de Intereses estadounidense en La Habana contra la "política fascista de Bush".
La movilización "es un acto de indignada protesta y una denuncia contra las brutales, espiadadas y crueles medidas que su gobierno acaba de adoptar contra nuestro país", dijo Castro en un mensaje dirigido Bush que leyó antes del inicio de la marcha.
"El objetivo de estas líneas no es ofenderlo ni insultarlo, pero como usted se ha propuesto intimidar atemorizar a este país y finalmente destruir su sistema económico, social, su independencia y de ser necesario su propia existencia física, considero un deber elemental recordarles algunas verdades".
"Usted agrede a Cuba por razones políticas mezquinas en busca del apoyo electoral de un grupo decreciente de renegados y mercenarios sin ética ni principio alguno" y "no tiene moral para hablar de terrorismo porque lo rodean un grupo de asesinos que mediante actos de ese tipo han causado la muerte a miles de cubanos", añadió.
"Suena hueco y risible escucharlo a usted hablar de derechos humanos en Cuba", agregó Castro, que recordó a Bush que "no tiene autoridad moral para hablar de Cuba, un país digno que ha resistido 45 años de brutal bloqueo (embargo comercial), guerra económica y ataques terroristas".
"Puesto que usted ha decidido que nuestra suerte está echada, tengo el placer de despedirme como los gladiadores romanos que iban a combatir en el circo: Salve César, los que van a morir te saludan", manifestó.
"Sólo lamento que no podría siquiera verle la cara porque en el ese caso usted estaría a miles de kilómetros de distancia y yo estaré en la primera línea para morir combatiendo en defensa de mi patria", indicó.
En este mensaje, de unos 25 minutos, insistió en que el pueblo cubano no podrá ser "sojuzgado ni sometido de nuevo a la condición de neo-colonia de EEUU".
Después, Castro avanzó lentamente a la cabeza de la movilización, que abarrotó el malecón habanero, las calles colindantes y paralizó la ciudad.
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